jueves, 6 de noviembre de 2014

SU VIDA



Desde que los DJ triunfaron por primera vez en Kingston y desde que los b-boys bailaron breakdance por primera vez en el Bronx, el movimiento del hip-hop se alimenta de jóvenes que hablan claro y que actúan a la vista, abriendo nuevas frecuencias. En Nueva York, el primer lugar en el que el hip-hop se puso en movimiento, los raperos no utilizaron los medios oficiales porque no había unos medios oficiales que pudieran utilizar. Para las productoras estadounidenses de los 1970, el rap sencillamente no era música, al igual que el graffiti no era arte y que el breaking no era baile. Así que el hip-hop siguió siendo underground y los que lo practicaban tenían que actuar donde podían –en aparcamientos, en canchas de baloncesto– generalmente un paso por delante de alguien que quería echarlos. ¿Quién podría haber imaginado un día en el que el hip-hop se convertiría (en palabras de la revista de National Geographic) en «la cultura favorita de los jóvenes del mundo»?
Mientras que el hip-hop estadounidense cambió en los 1990 de dirección hacia la moda de ostentación y la promoción de productos de lujo, dos raperos de La Habana se volvían de forma desafiante al underground. Aldo Roberto Rodríguez Baquero (Aldo) y Bian Oscar Rodríguez Gala (El B) se hicieron llamar los conservadores de la esencia del hip-hop y lo iban a lograr por las malas. Optaron por buscar una carrera musical sin la ayuda de la Agencia Cubana de Rap, el organismo fundado por el gobierno que conecta a artistas con lugares de actuación y promueve los conciertos en Cuba.
«Queríamos participar en la lucha», dice Aldo. «Queríamos ser un grupo que lucha por algo. Un grupo nacido a partir de la idea de tomar posición sobre cuestiones que afectan a muchos jóvenes, a muchos jóvenes cubanos. Esos son Los Aldeanos».
Aldo y El B actuaron por primera vez juntos como Los Aldeanos en 2003. Se corrió la voz de la habilidad de sus letras, primero en La Habana y después por todo el mundo. Su producción ha sido impresionante incluso si se compara con los estándares hiperproductivos estadounidenses. Sin contar sus composiciones y producciones en solitario, Los Aldeanos han publicado seis álbumes destacados: Censurados (2003), Poesía esposada (2004), L3y8 (2004), En 3 T La Musas (2005), Abajo como hace 3 febreros (2006), y El atropello (2009). Y han ganado premios: el premio Rap Plaza en Cuba por su canción «A veces sueño» en 2003 y El B ganó el concurso muy reñido «Batalla de los gallos», el concurso de estilo libre patrocinado por Red Bull, dos años seguidos. En 2009 Los Aldeanos fueron nombrados el Mejor Grupo de Rap por el programa de televisión Cuerda Viva.
Si consideramos el éxito de sus canciones (el público se sabe todas sus letras de memoria), Aldo y El B deberían estar in da club celebrándolo como si fuese su cumpleaños. Pero ahí es donde Los Aldeanos son muy diferentes de cualquier grupo de rap popular estadounidense: tienen muchísimo éxito, pero no son muy ricos. Cuanto más famosos se han vuelto, más underground se han quedado. Por ejemplo, ninguno de los álbumes mencionados anteriormente ha sido objeto de una publicación oficial; simplemente uno los encuentra donde los encuentra.
Los Aldeanos es el grupo que todo el mundo quiere ver, pero la cuestión es: ¿dónde verlos? Los locales habituales de La Habana, aquellos que podrían acoger al gran número de fans que Los Aldeanos han conseguido, se niegan a que actúen allí. Se ha acusado a este par de expresar sentimientos antisocialistas en sus letras, aunque Aldo y El B han negado repetidamente esas acusaciones, diciendo: «estamos a favor de la revolución, en el sentido de que queremos que las cosas mejoren para nuestra gente».
En cuanto a sus letras, esto es lo que El B tiene que decir: «América [del álbum en solitario de El B, Dr. Jekill & Mr. Hyde, 2008] es una canción que habla no sólo de los problemas cubanos sino de los problemas de toda Latinoamérica». Aldo señala a la canción que da título a su propio trabajo en solitario, Miseria humana (2008): «Esta miseria humana, así es como son las cosas para los cubanos en la actualidad; nuestra necesidad de dinero, nuestra necesidad de ayudarnos unos a otros...»
Por tanto, ¿podría la controversia que ha perseguido a Los Aldeanos desde sus inicios ser un gran malentendido? ¿Podría echársele la culpa en parte a The New York Times? En 2006 un artículo del Times no logró atribuir ninguna declaración incendiaria a Aldo o El B, pero se tituló «La vanguardia del rap cubano llega más lejos que la línea del partido» e incluyó a Los Aldeanos en esa vanguardia, y parece que eso bastó para etiquetarlos como alborotadores potenciales, o al menos para mantenerlos decididamente «bajo tierra» (under ground).
«La gente siempre nos cataloga como underground», dice Aldo, «por como vivimos, porque me preocupo, porque cuando veo a un ciego le ayudo a cruzar la calle, porque cuando veo a una embarazada en el autobús le cedo mi asiento, porque evito los problemas y cuido de mis hermanos y les ayudo a cuidar unos de otros. Si eso es lo que significa underground, entonces de acuerdo, soy underground».





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